Don Juan Tener
- Rodrigo Palacios
- 28 oct 2024
- 4 Min. de lectura
Como buen amante de los dibujos animados, una de las cosas que se me han parecido mas curiosas en el cuestionamiento del pensar, es como se toman de seres mitológicos, personajes, historias, etc, para rendir cuenta o acercarnos lo mas posible a una explicación que pudiera asemejarse al sentir de la vida. Por ellos decido hablar de diferentes personajes de cuentos, con una narrativa mas fanática que analítica, hoy les comparto la historia del Don Juan.
Don Juan es un personaje, de la literatura española que apareció por primera vez en una obra representada en 1617 titulada Tan largo me lo fiais atribuida a Tirso de Molina.
También conocido como burlador o libertino, es la referencia de un personaje que no se rige por ninguna ley humana o divina, pues se dice que el esta completo, “quien en capaz de dar el alma sin por ello perder la suya”.

Con una actitud de feminidad, pero con una imagen masculinizada delicada, seductora, enamoradiza, dando a su doncella la promesa de que el tiene el falo, engañada o no, la promesa de que lo tiene se pone en juego para no perderlo.
El nombre “completo” o como se le conocería seria, Don Juan Tenorio, una de las especulaciones del apellido es con la similitud con la palabra “tener” que es una referencia a que el lo tiene y también, al sustantivo de tenor, que se relacional con voz masculina en la opera.
En Mexico tenemos un muy gran ejemplo de un Don Juan, hecho con la intención y que nos regalaría una referencia muy acertada y mexicanizada de lo que seria el personaje. Mauricio Garcés actor mexicano de los años 60 y 70, es nuestro ejemplo claro de las cualidades o características que podría compartirles hoy, no importa la edad que tengas, seguramente entendiste la referencia, así de bueno fue nuestro Don Juan Mexicano.
Con una seducción sexualizada ante la imagen femenina, respuestas ágiles y cautivadoras, se nos muestra este personaje en la gran parte de sus películas, aunque frente a la imagen masculina, se porta amanerado, alburero, con una inocencia infantil para salirse con la suya.
En Mexico lo recordamos como el todas mías, imagen de lo que la mujer puede desear tener y al mismo tiempo, imágenes que el hombre desea ser.
Don Juan, no busca en una mujer alguien excepcional o al menos singular, no busca lo que la distingue y diferencia de las otras. Por el contrario, busca lo común, lo que las iguala, lo que le permite ponerlas en la lista como una más.
Lo que escribo a continuación esta basado en el seminario 10, La angustia, cabe señalar que se escribe desde una función femenina o masculina no desde un genero en especifico.
“Don Juan es un sueño femenino” dice Lacan el 20 de marzo de 1963.
“En la mujer, es inicialmente lo que ella no tiene lo que constituye al principio el objeto de su deseo, mientras que, en el caso del hombre, es lo que él no es y en qué punto desfallece”.
“Por este motivo les he hecho avanzar por la vía del fantasma de Don Juan”.
“Si el fantasma de Don Juan es un fantasma femenino, es porque responde al anhelo de la mujer de una imagen que desempeñe su función, función fantasmática que haya uno, un hombre, que lo tenga lo cual, en vista de la experiencia, es un desconocimiento evidente de la realidad todavía más, que lo tenga siempre, que no pueda perderlo. Lo que implica precisamente la posición de Don Juan en el fantasma es que ninguna mujer puede arrebatárselo, he aquí lo esencial. Es lo que él tiene en común con la mujer, a quien, por supuesto, no puede serle arrebatado porque no lo tiene”.[1]
Me atrevo a decir que la función del Don Juan es hacer sentir a la mujer completa o como vulgarmente se dice, hacerla sentir mujer, pues con ello estaría completa, en una promesa hecha, que nunca llega a ser revelada.
“La huella sensible de lo que les planteo acerca de Don Juan es que la compleja relación del hombre con su objeto está borrada para él, pero a costa de aceptar su impostura radical. El prestigio de Don Juan está ligado a la aceptación de dicha impostura. Él está ahí siempre en el Jugar de otro. Es, por así decir, el objeto absoluto”.[2]
Para mis queridos compañeros de estudios la imagen del Don Juan ¿no es la que juega mi analista cada vez que voy a visitarlo?
No lo digo como practicante de psicoanálisis, lo expongo mas, desde la experiencia del propio análisis, pues yo creo que el tiene todas las respuestas, aunque yo no tenga todas las preguntas.
La lógica diría que no, el no juega un papel de Don Juan, sin embargo, uno lo puede colocar ahí. De que el se deje colocar ahí, seria otra historia, no muy bonita como la historia de Lucy Tower que nos cita Lacan el 27 de marzo del 63.
Sin duda la postura del Don Juan es muy cotidiana, mas en estos días que la imagen puede ser modificada a conveniencia, para poder decirle al mundo que uno lo tiene sin necesidad de dar pruebas de ello.
[1] Seminario X La Angustia 1962-1963 Paidos
Calse del 20 de Marzo del 63
[2] Seminario X La Angustia 1962-1963 Paidos
Calse del 27 de Marzo del 63
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